¿Qué es una cámara de CCTV y cómo funciona?

Un gran número de sucesos delictivos pasan desapercibidos para el ojo humano, tanto para el transeúnte que es asaltado sin darse cuenta en medio de una gran aglomeración de personas como para el vigilante de una amplia zona, por ejemplo un parqueadero, en la que la garantía de dejar posesiones de valor como el propio carro pasa por un recurso adicional: las cámaras de seguridad.

Hay una salvedad mayor: estas cámaras están conectadas a uno o varios monitores de video que brindan una visión más amplia, precisa y certera, al funcionario encargado de la seguridad de ese lugar en el que transitas y dejas tus pertenencias. Este a su vez hace parte de un equipo coordinado con acceso permanente a todo lo que registran estas cámaras.

Es un trabajo en red que, no obstante, obedece a un grupo reducido de personas responsables del monitoreo al instante de cualquier situación que para mayores garantías, queda registrada en video. No es una cámara que proyecta una imagen pública, sino cerrada para ciertos espectadores con el fin de supervisar la seguridad. A ello se le llaman cámaras de circuito cerrado de televisión (Closed Circuit Television en inglés), abreviadas como cámaras de CCTV.

Funcionamiento de las cámaras de CCTV

Una cámara de CCTV está compuesta por un dispositivo de carga acoplada (CCD), el cual está constituido por cerca de 300.000 elementos sensibles denominados píxeles que se encargan de la detección de imágenes. Así mismo, consta de un procesador de señales digitales (DSP) y una lente.  

Las cámaras convierten la luz reflejada por los elementos de la escena a visualizar en la señal de video requerida para transmitir a distancia. Si bien esta por lo general es eléctrica, cualquier otro tipo de energía como las microondas o radiofrecuencias también transmiten la imagen.  

El sistema de transmisión lo comprenden enlaces como la fibra óptica que llevan la señal de video originada en las cámaras a los conmutadores. Estos la reciben y decodifican, y gracias a los microprocesadores pueden seleccionar y controlar una cámara específica con el fin de enfocar alguna escena determinada en tiempo real.  

En los monitores, que representan la terminal de llegada de la señal de video procesada, se refleja la conversión de señal eléctrica en imagen definida para ser observada por los respectivos operadores.

Al recibir la señal de diferentes cámaras en un solo monitor, se hace indispensable contar con compresores de video que permitan la visualización simultánea en una misma pantalla. Allí se encuentran los compresores QUAD, los cuales dividen la pantalla en cuatro cuadrantes. 

Finalmente, los equipos de grabación conectados entre los conmutadores y monitores alojan las imágenes capturadas para ser reproducidas en otro momento. No obstante, su funcionamiento varía si se trata de un sistema de grabadora de videocámara (VCR) o digital. 

El sistema VCR registra imágenes, en blanco y negro y a color, durante alrededor de 960 horas, lo que equivale a 40 días completos de material grabado. Por su parte, el sistema digital realiza su almacenamiento en este formato, lo que hace que su capacidad esté determinada por diferentes condiciones, tales como el número de cámaras en funcionamiento, las imágenes por segundo o la compresión de video utilizada. 

Por otra parte, algunos sistemas cuentan con grabación en movimiento, lo que hace que el dispositivo solo registre algún movimiento identificado, con lo cual se ahorra espacio de almacenamientos mientras no se reporte actividad alguna. Algunos grabadores cuentan con notificación de eventos, reportados a través del envío de mensajes de texto o correos electrónicos, mientras que aquellos con acceso a internet tienen acceso a imágenes de forma remota desde un dispositivo móvil.  

Tipos de cámaras de CCTV

Fuera del sistema de grabación, las cámaras de CCTV pueden ser de distinto tipo: analógicas o digitales, con cable o inalámbricas. Estas últimas por ejemplo son más fáciles de instalar y pasar desapercibidas; sin embargo, la calidad de imagen de las primeras es mejor.

Asimismo, pueden variar acorde a su calidad de imagen. Esta depende de la sensibilidad a la luz de distintas cámaras, y conforme a ello una mayor o menor definición del color. No obstante, existen algunas con sensibilidad a la visión nocturna, lo que permite retransmisiones óptimas en zonas de baja iluminación.  

También, hay diferentes cámaras acorde a la velocidad de captura de imágenes. Buena parte alcanza a registrar 30 imágenes por segundo. No obstante, algunos operadores con el fin de no desgastarse mucho prefieren un registro con velocidades de mucho menos imágenes por segundo que sean adecuadas al monitoreo deseado.

Por su parte, hay un tipo de cámaras de CCTV que se pueden maniobrar de manera remota: las PTZ. El operador a cargo puede moverla en tiempo real desde su sala de control; de izquierda a derecha, de arriba a abajo, además de hacer zoom o tener una panorámica particular.

Alcance de cámaras de CCTV

En su artículo sobre las ventajas de implementar un sistema de cámaras de CCTV, Francisco Navarro señala tres aplicaciones fundamentales de estas:

1. Forma parte de un sistema de control de accesos. Así, integradas a un software informático de carácter biométrico, las cámaras permiten el reconocimiento de la información suministrada por la tarjeta de identificación de usuarios o empleados de un lugar determinado. 
2. Identificación de posibles eventos. Esta es la funcionalidad más común mencionada previamente en torno a los sistemas de grabación. Es preferible aquellas cámaras con videosensor para alertar de cualquier novedad y permitir una labor más efectiva y menos estresante y engorrosa del personal de seguridad.
3. Evaluación de las incidencias registradas. En consonancia con el punto anterior, las cámaras de CCTV pueden emitir una alerta instantánea que permita a los operadores comprobar de forma efectiva el desarrollo de algún suceso y adoptar decisiones estratégicas. 

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